sábado, 24 de mayo de 2008

Monasterio de Sant Pau del Camp.




La ciudad de Barcelona no es especialmente conocida por sus grandes monumentos románicos, de hecho apenas se encuentran obras genuinamente románicas en la ciudad condal. No obstante si rebuscamos bien podemos encontrar algunas pequeñas perlas, una de ellas ( y a mi juicio la más interesante ) es el monasterio de Sant Pau del Camp.



Éste se encuentra situado en pleno barrio del Raval, en un área colonizada en la actualidad por ciudadanos pakistaníes. El hecho de pasearse hasta la calle Sant Pau es un placer a la vista y los oídos para aquellos que disfruten con la multiculturalidad. Bien; un pelín antes de llegar a la Avinguda del Paral.lel nos encontramos con esta belleza románica.

Cuando se contruyó Sant Pau del Camp allá por el siglo IX éste se encontraba situado en las afueras de Barcelona; en el año 985 fue destruido por la terrible "razzia" de Al-Manzor y quedó desierto hasta la primera mitad del siglo XII, cuando los benedictinos se establecen en Sant Cugat y deciden reconstruir el monasterio. Lo primero en reconstruirse fue el priorato, mientras que el claustro y la iglesia datan de principios del siglo XIII.


El claustro es pequeñito pero encantador; con planta de tipo cuadrangular está sustentado por columnas dobles que reemplazan el arco de medio punto por arcos polilobulados, algo característico teniendo en cuenta que su construcción coincide con la transición del románico al gótico. Los capiteles están decorados con motivos vegetales y con escenas de animales míticos.

La iglesia tiene planta de cruz griega con una bella cúpula en el cruce del transepto y cuenta con tres ábsides. La fachada está decorada con una gran cenefa de arcuaciones ciegas que reposan sobre ménsulas en forma de cabeza. Encima del dintel podemos contemplar un sencillo tímpano en el que se representa un Pantocrator rodeado de los santos Pedro y Pablo. Se pueden localizar también a los cuatro evangelistas tetramorfos en el conjunto. Rematando el conjunto aparece la mano de Dios que ha sido vaciada en el bloque de piedra.

El conjunto es realmente interesante y nos muestra claramente el periodo de transición al gótico aunque todo el monasterio es netamente románico, a excepción de su espadaña de orden barroco.

Obviamente no tiene la majestuosidad de las obras góticas barcelonesas como Santa María del Mar o la iglesia del Pi, pero resulta de imprescindible visita si queremos alejarnos un poco de la sempiterna presencia gótica en la ciudad condal.






Arcos polilobulados del claustro

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